Al Imâm Abû Bakr Al Bayhaqî (que Allâh le haga misericordia) dijo: «Aunque Allâh fuera El
Creador de las cosas, de las cuales los actos del hombre hacen parte, y aunque
lo que Allâh quiera fuera y lo que no quiera no fuera, el hombre es responsable
de sus actos y será retribuido por ellos. […] El conocimiento de este principio
es deducido necesariamente a partir de la fe. De hecho, uno de los fundamentos
de la fe consiste en creer en el Día del Juicio en el cual los hombres serán
dirigidos, después de haber rendido cuentas en el Día de la Resurrección, o
hacia el Paraíso, o hacia el Infierno. No hace falta mencionar las pruebas que
demuestran este principio y todo lo que se refiere a él ya que son conocidas por todos y hasta por los escolares.» [La Predestination et le Libre-Arbitre en Islâm].
Y Al Imâm Al Haramayn Abul Ma'âlî Al Juwaynî (que Allâh le haga misericordia)
dijo: «El
hombre no actúa por obligación, sino que tiene un poder sobre sus acciones y se
las adueña. La prueba es que el hombre dotado de razón hace una diferencia
entre el temblor de su mano y el movimiento voluntario que le impone. Decir que
el hombre se adueña sus actos, es decir que tiene un poder sobre ellos, incluso
si este poder no tiene influencia sobre la producción de su objeto. El iktisab vuelve
a esta diferencia que constatamos entre lo que ocurre voluntariamente y lo que
ocurre involuntariamente, y esto, incluso si la voluntad no influye sobre su
objeto.» [Al Lumâ° fî Qawâ°id Ahl Is
Sunnah].
Al Muwahhidûn.
Fuente: www.at-tawhid.net
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