Taqî Ud Dîn As Subkî (m. 756)


Taqî Ud Dîn As Subkî (m. 756)
 
«Al Imâm Taqî Ud Dîn Abul Hasan 'Alî Ibn 'Abd Ul Kâfî Ibn 'Alî Ibn Tammâm Ibn Yûsuf Ibn Mûsâ Ibn Tammâm Ibn Hâmid Ibn Yahyâ Ibn 'Umar Ibn 'Uthmân Ibn 'Alî Ibn Miswar Ibn Sawwâr Ibn As Subkî, el shâfi'i, el mufassir, el hâfiz, el versado en los fundamentos de la religión (usûl ud din), el especialista del idioma y de la gramática, el qârî, experto de la retorica, de los debates y controversias, el excelente, Shaykh Ul Islâm, la emblema de los mujtahidîn.» [Ibn Al 'Imâd en su Shadharat Udh Dhahab].
 
Nació en el pueblo de Subk (situado en la provincia de Al Manûfiyyah) en Egipto en 683 después de la Héjira, en una inmensa familia de sabios. Fue uno de los más grandes sabios que el Islâm haya tenido y una referencia incontestable en los diversos asuntos de las ciencias islámicas tales como la creencia ash'ari, el Tafsîr (explicación de los sentidos del Coran), el hadîth, la jurisprudencia shâfi’i, la gramática, etc. Que Allâh le haga misericordia y le acepte en Su vasto paraíso, Allâhumma Âmîn.
 
«Se puso a estudiar con gran aplicación las ciencias del hadîth. Con su bella escritura, justa y perfeccionada, escribió numerosas obras acerca de las diversas Ciencias Islámicas» [Abul Mahâsin Al Husaynî en el anexo de Tadhkirat Ul Hufaz]
Estudio la ciencia muy temprano, como lo hicieron los numerosos grandes sabios de la ummah, y destacó en su aprendizaje. Aprendió en Egipto pero también en el extranjero, notamente en Siria y en el Hijâz. Sus principales shuyûkh fueron su padre Al Imâm Zayn Ud Dîn 'Abd Ul Kâfî As Subkî, Ash Shaykh Ibn Rif'ah en el fiqh shâfi'i, Al Imâm 'Alam Ud Dîn Al 'Irâqî en el tafsîr del Coran, Sayyidinâ Sharaf Ud Dîn Ad Dimyâtî en las ciencias del hadîth, Al Imâm Abû Hayyân 'Alî Ibn Muhammad en la gramática, Ash Shaykh 'Alâ° Ud Dîn Al Bâjî en los fundamentos de la religión (usûl ud dîn) y Ash Shaykh Taqî Ud Dîn As Sâ°igh en la lectura del Coran.
 
Después de su formación, se volvió un Sheykh cuya fama creció con el tiempo, hasta alcanzar un grado tal que fue reconocido por sus pares como Shaykh Al Islâm e Imâm de los Shâfi'i de su tiempo. «Se dedicó a la composición de obras, emitió fatâwa y escribió más de 150 libros. Sus escritos testimonian de la extraordinaria abundancia de su conocimiento en el hadîth, así como en otras ramas del conocimiento, y su gran maestría de las diversas ciencias. Los virtuosos de su tiempo estudiaron a su lado. Fue muy riguroso y puntilloso en sus análisis, experto en materia de debates, brillante en las ciencias. Tenía deducciones sutiles y agudas, una formulación de las reglas cuya nadie no le había precedido. Fue equitativo en sus análisis, manifestando derechura y dignidad.» [As Suyûtî en su Tadhkirat Ul Hufaz].
 
Después de la muerte del Imâm Jalâl Ud Dîn Al Qazwînî (que Allâh le haga misericordia), ascendió también a la función de gran juez de Damasco (Siria) desde 739 hasta 756 de la Héjira, año en el cual dejo su función, poco antes de que la vejez le quite la vida. Fue su hijo Taj Ud Dîn que le sucedió. Al Imâm Taqî Ud Dîn As Subkî fue igualmente encargado del enseñanza en la famosísima escuela Dar Ul Hadîth Al Ashrafiyyah, en la escuela Al Ghazâliyyah, Al Mansûriyyah, Al 'Adiliyyah y muchas otras, un predicador amado y respetado en la Mezquita de los 'Umayyades.
 
Después de una vida llena de bendiciones, ritmada por la ciencia y los esfuerzos del ascetismo, falleció en 756 de le Héjira en el Cairo (Egipto) y fue inhumado en Sa'îd Us Sa'dâ.
 
« Felicidad a la Mezquita de los 'Umayyades cuando se levantó en ella el juez, el océano, At Taqî
 
De todos los maestros de la época, es el mejor Hâfiz; el mejor predicador y juez, es 'Alî »
 
[Adh Dhahabî en su Siyar A'lâm Un Nubalâ].
 
Que Allâh ilumine su tumba y su alma, que le abre en grande las puertas de Su Misericordia y le colme de Sus favores. Allâhumma, resucita este noble Imâm en una posición de gloria y difunda su ciencia en los rangos de los Musulmanes, Allâhumma Âmîn.
 
Al Muwahhidûn.

Mujâhid Ibn Jabr Al Makkî (m.102)

Mujâhid Ibn Jabr Al Makkî (m.102)
                             
Abul Hajjâj Mujâhid Ibn Jabr Al Makhzûmî Al Makkî. Nació durante el periodo bendito del Khalifah de Sayyidunâ 'Umar Ibn 'Abd Il 'Azîz Al 'Umarî (que Allâh esté complacido con él), en 20 o 21 de la héjira.
 
Ash Shaykh Jibrîl Al Haddâd (que Allâh esté complacido con él) dijo de él: «Es uno de los grandes comentadores del Coran entre los  Tâbi'ûn y goza del rango lo más alto de fiabilidad entre los relatadores ahâdîth (thiqâ). » [Living-islam.org].
 
Al Imâm Mujâhid Ibn Jabr (que Allâh esté complacido con él) dijo acerca de su aprendizaje del tajwîd: «He recitado el Coran 30 veces ante Ibn 'Abbâs.»
 
Y también dijo respecto a su aprendizaje de la exegesis del Coran ante Sayyidunâ 'Abdu Llâh Ibn Al 'Abbâs (que Allâh esté complacido con él así como con su padre): «He expuesto el Coran a Ibn 'Abbâs tres veces, parándome a cada versículo, y le cuestionaba entonces acerca de la causa de su revelación y de cual manera [fue revelado]. »
 
Ash Shaykh Muhammad Abû Shahbah (que Allâh le haga misericordia) dijo también: «Ibn Jarîr, citando la cadena de transmisores, narra que Ibn Abî Malîkah dijo: «Le vi a Mujâhid cuestionar Ibn 'Abbâs acerca de la exegesis del Coran llevando consigo anaqueles. Ibn 'Abbâs le ordenaba escribir hasta que haya cuestionado sobre el Coran entero. »
 
Es por esto que el Imâm Sufyân Ath Thawrî dijo: «Si recibes el Tafsîr según Mujâhid entonces no busques más.»
 
E Ibn Taymiyah dijo: «Es por esta razón que Ash Shâfi'î se basó en su Tafsîr, así como lo hicieron Al Bukhârî y otros sabios. ». » [Al Isrâ°îliyyât wal Mawdû'ât fî Kutub It Tafsîr].
 
Como todos los grandes Imâm del Salaf, era también un gran especialista de la ciencia del hadîth y aprendió muchas palabras del Profeta (Paz y Bendición con él) con ilustres Compañeros tales como Sayyidunâ Sa'd Ibn Abî Waqqâs, Umm Ul Mu°minîn 'Âïshah As Siddîqah, Sayyidunâ Abû Hurayrah, Sayyidah Ummu Hânî, Sayyidunâ 'Abdu Llâh Ibn 'Umar, y también con su maestro en las ciencias del Coran: Sayyidunâ Tarjumân Ul Qur°ân 'Abdu Llâh Ibn Al 'Abbâs (que La Paz de Allâh esté con cada uno de ellos).
 
Es así que se volvió uno de los más grandes sabios del Islâm y uno de los grandes Imâm del Salaf. Los musulmanes afluyeron de todas partes para tomar algunas de sus luces y en búsqueda de guía. Formó muchas personas que más tarde se volverían también los Imâm de sus tiempos. Contamos entre ellos el Imâm Qatâdah Ibn Di'âmah, el Imâm 'Amr Ibn Dinâr, el Imâm Al A'mash, o también el Imâm Al Hakam Ibn 'Utaybah (que Allâh les haga misericordia).
 
Murió en postración, en 102 de la Héjira en la Meca. 
La Umma es unánime en cuanto a su rango elevado, su santidad y su nobleza.
 
Es así que el Imâm Al A'mash (que Allâh le haga misericordia) dijo de él: «Mujâhid se asemejaba con alguien que lleva un tesoro; cada vez que hablaba, las perlas salían de su boca.»
 
Y que el Imâm Qatâdah Ibn Di'âmah Al Basrî (que Allâh le haga misericordia) dijo: «Entre los que todavía están vivos, es la persona la más erudita en la explicación del Coran.»
 
Y el Imâm Shams Ud Dîn Adh Dhahabî (que Allâh le haga misericordia) dijo también: «La ummah entera es unánime en cuanto a la grandeza de Mujâhid y se apoya en él como fuente de prueba. Los autores de las seis compilaciones de hadîth también relataron según él.» [Siyar A'lâm Un Nubalâ°].
 
Que Allâh (exaltado sea) esté complacido con él y le haga misericordia, que haga que sigamos sus pasos benditos y nos oriente hacia la Sunnah del Mensajero de Allâh (que la Paz y las Bendiciones de Allâh estén con él) hasta morir siendo firmemente apegado a las enseñanzas de Su Querido Profeta, así como lo fueron nuestros virtuosos predecesores cuyo el Imâm Mujâhid era una de las grandes personalidades, Allâhumma Âmîn.
 
Al Muwahhidûn.


Al Haddâdiyyah ('Abdu Llâh Al Haddâd)

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Al Haddâdiyyah ('Abdu Llâh Al Haddâd)
 
Al Imâm Al Habîb 'Abdu Llâh Ibn Al 'Alawî Al Haddâd Al Yamânî (que Allâh le haga misericordia) dijo:
 
«La alabanza no pertenece sino a Allâh Único. Que Allâh bendiga Sayyidunâ Muhammad, su familia, sus compañeros, y que les acorde la paz a todos. Sabemos, asentimos, creemos y confesamos con certitud, y atestiguamos que no hay divinidad fuera de Allâh, Único y sin asociado. Es un Dios Poderoso, un Rey Inmenso. No hay señor salvo Él, y no adoramos nadie fuera de Él. Es sin comienzo y Pre-Existente, Eternal y Perpetuo [Inmortal]. Su primacía no tiene comienzo, y Su posterioridad no tiene fin. El es Único, Subsistente por Si mismo, no engendra y no es engendrado, sin igual, sin asociado ni par.
No hay nada como Él; Él es el que oye y el que ve  (Sûrah 42 - Âyah 11).
 
Y confesamos que Su Santidad (exaltado sea) Le devuelve exento del tiempo y del espacio, encima de asemejarse a lo que sea en la existencia, de tal manera que no puede ser comprendido en ninguna de las direcciones, así como no puede ser propenso a acontecimientos contingentes [accidentes]. Y Él está «asentado» encima de Su trono de la manera que describió y según el sentido que quiso [dar a esta expresión], un asentamiento que conviene a la potencia de Su Majestad, y a la exaltación de Su Gloria y de Su Magnificencia. Y está cerca de todo en la existencia, más cerca de él que su propia vena yugular. (Sûrah 50 – Âyah 16). Está Atento y Clarividente sobre toda cosa. Es el Viviente, el Sustentador, ni la somnolencia ni el sueño Le afectan. (Sûrah 2 – Âyah 255). Aquel que dio principio a los cielos y a la tierra. Cuando decreta algo, le basta con decir: ¡Sé! Y es.  (Sûrah 2 – Âyah 117), Allah es el Creador de todas las cosas y el Protector de todo ello.  (Sûrah 39 – Âyah 62).
 
Y que El (exaltado sea) es Poderoso sobre toda cosa y Sabio de toda cosa; A tu Señor no le pasa desapercibido en la tierra y en el cielo ni el peso de una partícula de polvo, ni algo aún más pequeño o mayor que eso.  (Sûrah 10 – Âyah 61). Conoce lo que entra en el seno de la tierra y lo que sale de ella lo que cae del cielo y lo que a él asciende. Y está con vosotros dondequiera que estéis. Allah ve lo que hacéis. (Sûrah 57 – Âyah 4). Él conoce lo secreto y aún más que eso.  (Sûrah 20 – Âyah 7). sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No cae una sóla hoja sin que Él no lo sepa, ni hay semilla en la profundidad de la tierra, ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro. (Sûrah 6 – Âyah 59).
 
Y que Su (exaltado sea) Voluntad da existencia a las cosas y dirige los acontecimientos. Y que nada no puede existir, bueno o malo, beneficioso o dañino, excepto por Su Decreto y Su Voluntad. Todo lo que quiere que sea es, y lo que no quiere que sea no es. Si toda la creación se unía con la intención de mover un solo átomo en el universo, sin Su Voluntad, no lo lograría.
 
Y que El (exaltado sea) es El Oyente, El Veyente, El Hablante de una Palabra increada y que no se asemeje a las palabras de las creaturas. Y que el Sagrado Coran es Su Palabra pre-eternal, Su Libro que reveló a Su Mensajero  Muhammad (que Allâh le acorde Paz y Bendición).
 
Y que El (exaltado sea) es El Creador de toda cosa y El Proveedor, dispone de estas como quiere; no tiene ningún rival ni adversario en Su reino. Da a quien quiere y priva quien quiere. A Él no se le pedirán explicaciones de lo que hace, pero ellos sí serán preguntados.  (Sûrah 21 – Âyah 23).
 
Y que El (exaltado sea) es Sabio en Sus Actos, Justo en Sus Decretos, y que ninguna injusticia ni tiranía no podría ser imaginable de Su parte, y que nadie tiene ni siquiera el menor derecho sobre El. Si destruía todas Sus creaturas de una sola vez, no sería ni injusto ni tiránico hacia ellas, pues son Su reino y Sus esclavas. Tiene el derecho de hacer lo que quiere de Su reino, tu Señor no es injusto con los siervos. (Sûrah 41 – Âyah 46). Recompensa Sus servidores por haberle obedecido de parte de Su Gracia y Su Generosidad, y les castiga cuando se rebelan de parte de Su Sabiduría y de Su Justicia.

Y que obedecerle es una obligación que incumbe a Sus súbditos, como lo fue claramente dicho en las palabras de Sus Mensajeros (la Paz sea con ellos). Creemos en todos los Libros revelados por Allâh, y en todos Sus Mensajeros, Sus Ángeles, y en el destino, agradable o desagradable.
 
Y testimoniamos que Muhammad es Su servidor y Mensajero, que envió a los junûn y a la humanidad, a los árabes y a las otras naciones, con la práctica de Adoración verdadera para hacerla prevalecer sobre todas las demás formas de Adoración, aunque les repugne a los incrédulos. (Sûrah 9 – Âyah 33). Y que transmitió el Mensaje, fiel en su confianza, aconsejando la nación, aguantando por la faz de Allâh como se Le debe, era confiado y digno de confianza, sostenido por pruebas auténticas y milagros extraordinarios. Y que Allâh devolvió imperativo para Sus súbditos creer en él, obedecerle, seguirle, y que la fe de un hombre no es aceptable, incluso si cree en El, hasta que crea en Muhammad (que Allâh le bendiga así como su familia y les acorde la paz), en todo lo que trajo y lo sobre lo cual nos informó, acerca de los asuntos de este mundo como de los del otro. Esto incluye la fe en las preguntas de los muertos hechas por Munkar y Nakîr a propósito de la religión, del Tawhîd y de la Profecía, y de los placeres en las tumbas de los que obedecieron, y del castigo en las de los rebeldes.
 
Y que debemos creer en la resurrección después de la muerte, en el agrupamiento de los cuerpos y de los espíritus para comparecer ante Allâh, exaltado sea, y en el Juicio, y que Sus esclavos serán en este momento en diferentes estados: algunos darán cuentas, otros serán exentos de esto, y otros entrarán en el Jardín sin juicio. Debemos creer en las Balanzas en las cuales las buenas y las malas acciones serán pesadas; y en el Sirat, que es un puente extendido encima del abismo del Infierno; y en la Pila (Al Hawd) de nuestro Profeta Muhammad, (que Allâh le bendiga así como su familia y les acorde la Paz) cuya agua es la del Jardín, y cuya beberán los creyentes antes de entrar en el Jardín. Y en la intercesión de los Profetas, seguida por la de los Santos Verídicos (As Siddîqûn), y la de los Sabios (Al 'Ulamâ), de los Virtuosos (As Sâlihûn) y de los otros Creyentes. Y la gran intercesión es la prerrogativa de Muhammad (que Allah le bendiga así como su Familia y les acorde la Paz). Y que la Gente del Tawhîd (Ahl Ut Tawhîd) que habrán entrado en el Fuego serán sacados de este hasta y que nadie de los cuyos corazones contienen aunque fuera el peso de un átomo de fe se quede eternamente en este. Y que la Gente del Politeísmo y de la Incredulidad (Ahl Ush Shirk wal Kufr) serán inmortales en el Fuego y no se les aliviará el castigo ni se les concederá ningún aplazamiento. (Sûrah 2 – Âyah 162). Y que los Creyentes (Al Mûminûn) se quedarán en el Jardín eternamente, sin fin, Allí no les alcanzará ningún tipo de aflicción y no tendrán que salir. (Sûrah 15 – Âyah 48). Y que los Creyentes verán su Señor con sus propios ojos, de una forma que conviene a Su Majestad y a la santidad de Su Perfección.
 
Y que los Compañeros del Mensajero de Allâh (que Allah le bendiga así como su familia y les acorde la Paz) son virtuosos, que sus estatutos respectivos eran de diferentes grados, que todos eran justos, buenos y honestos. No es lícito insultar ni denigrar ninguno de ellos. Y que el sucesor legitimo del Mensajero de Allah (que Allâh le bendiga así como su Familia y les acorde la Paz) era Abû Bakr As Siddîq, y después de él 'Umar Al Farûq, 'Uthmân Ash Shahîd y 'Alî Al Murtadâ, que Allâh este complacido con ellos y con los otros Compañeros, y con todos los que les siguen en la excelencia hasta el Día del Juicio, así como nosotros mismos, por Tu Misericordia, Oh Tu el Más Misericordioso de los Misericordiosos ! »
 
Fin de citación.
 
Referencia: An Nasâ°ih Ud Dîniyyah wal Wasâyat Il Imâniyyah del Imâm 'Abdu Llâh Ibn Al 'Alawî Al Haddâd Al Yamânî (que Allâh le haga misericordia).


Ar Risâlatu Ibn 'Asâkir (Fakhr Ud Dîn Ibn 'Asâkir)

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Ar Risâlatu Ibn 'Asâkir 
(Fakhr Ud Dîn Ibn 'Asâkir)
 
El sobrino del famoso Hâfiz 'Alî Ibn 'Asâkir, Ash Shaykh Fakhr Ud Dîn Ibn 'Asâkir (que Allâh le haga misericordia) dijo:
 
«Sabe que Allâh nos guía así que tú mismo, y que saber que Allâh (que Su Potencia sea exaltada y que Su Majestad sea celebrada) es Único en Su Soberanía es un deber para cada persona responsable.  
 
Creó el universo en su totalidad, el mundo superior y el mundo inferior, el Trono (Al 'Arsh) y el Pedestal (Al Kursî), los cielos y la Tierra, lo que contienen y lo que se encuentra entre ambos.
 
Todas las creaturas son dominadas por Su potencia, la más pequeña partícula no se mueva sino por Su voluntad. Nadie no rige la creación con El y no tiene asociado en Su soberanía.
 
Es El Vivo (Al Hayy), El que no se aniquila (Al Qayyûm), no le afectan ni la somnolencia ni el sueño.
 
Conoce las cosas escondidas y las cosas aparentes, nada no se Le escapa en la Tierra ni en el cielo. Sabe lo que está en la tierra y lo que está en el mar. Ninguna hoja que caiga por el suelo sin que lo sepa. Ninguna semilla en las tinieblas de la tierra, ninguna planta verde o desecada sin que fuera inscrito en la Tabla Preservada (Lawh Ul Mahz). Allah engloba toda cosa por Su ciencia y enumera toda cosa perfectamente.
 
Hace lo que El quiere. Es el Todo-Poderoso, El que realiza lo que quiere.
 
Tiene la soberanía, no necesita ajeno.
 
Tiene la toda-potencia y el no-fin.
 
Tiene la predestinación y la creación.
 
Tiene los nombres perfectos.
 
Nada se opone a lo que predestina y nada priva de lo que da.
 
Hace lo que quiere de lo que Le pertenece y legisla para Su creación por lo que quiere.
 
De Sus creaturas, no espera ningún bien y no teme ningún mal.
 
No tiene ninguna obligación y no está sometido a ninguna ley.
 
Todo favor procedente de El es por Su gracia, y todo castigo procedente de El no es sino justicia. No se le pregunta a Allâh acerca de lo que hace pero Sus esclavos sí serán preguntados.
 
Existe de toda eternidad antes de la creación, sin comienzo ni fin, sin arriba ni abajo, sin derecha ni izquierda, sin delante ni detrás. No es ni compuesto, ni un componente.
 
No se dice: ¿Cuándo existió? ni ¿Dónde estaba? ni ¿Cómo?
 
Existe de toda eternidad, mientras que ningún lugar existe de toda eternidad.   Hace existir los seres y estableció el tiempo. No depende del tiempo y no está especificado por el lugar. Ninguna cosa no Le acapara en detrimento de ninguna otra. Ninguna imaginación no puede alcanzarle y ninguna razón no puede cercarle. No es intelectualmente determinable y no se identifica a través de las pasiones, no se representa en las ilusiones y no se le da ningún cómo por la razón, las imaginaciones y los pensamientos no le alcanzan.
 
«No hay nada como Él; Él es el que oye y el que ve.» [Surah 42 versículo 11]»
 
Fin de citación.
 
Referencia: Ar Risâlatu Ibn 'Asâkir del Shaykh Fakhr Ud Dîn Ibn 'Asâkir (que Allâh le haga misericordia).