Capítulo [sobre la exención del Señor de toda contingencia]



Capítulo [sobre la exención del Señor de toda contingencia]


El Señor todo-poderoso es exento de todo lo que aparece en el tiempo. La gente de las diferentes religiones están de acuerdo en esto.

Pero un grupo procedente del Sijjistàn y llamado Karràmiya se opuso al acuerdo unánime de la comunidad. Pretendieron que lo que aparece en el tiempo sobreviene en la esencia del Creador, y esta es textualmente la doctrina de los Zoroastros.

Esta es la prueba de la imposibilidad, para lo que aparece en el tiempo, de subsistir en la esencia del Creador: si ha subsistido en El, nunca fue exento de esto.

Ahora bien lo que no es sin lo que aparece en el tiempo ha si mismo aparecido en el tiempo.

Fuente: www.aslama.com 

Capítulo [sobre lo que es imposible acerca del Creador]




Capítulo [sobre lo que es imposible acerca del Creador]


Lo que es imposible atribuir al Creador altísimo. De una manera general, podemos decir que el Señor es exento de todo lo que indica la aparición temporal o una deficiencia. Mostramos esto en párrafos que contienen explicaciones.

Primero Allâh altísimo es exento de toda especificación espacial y de toda cualificación aparecida en el tiempo; no está localizado en países, ni limitados en comarcas, es demasiado grande para admitir límites o medidas.


Esta es la prueba: todo ser que está especificado por el espacio que ocupa está relacionado con este espacio, pues está limitado y admite un acercamiento o una separación de las otras sustancias. Ahora bien, todo lo que admite ser unido con otra cosa, admite sistemáticamente estas especificaciones y lo que no existe jamás sin estas especificaciones ha aparecido en el tiempo. Ahora que está claro que el Creador es exento de toda limitación y de toda especificación espacial, a partir de este punto, se establece lo siguiente: Allâh es demasiado grande para ser especificado por un lugar o por la proximidad de los cuerpos celestes o terrestres.

Si ahora se nos pregunta sobre esta palabra de Allâh
altísimo: «El Misericordioso que se asentó sobre el trono.» (Coran, 20, 5), esto quiere decir la potencia victoriosa y la sublimidad. En el mismo sentido los árabes dicen de alguien que se asentó sobre un reino, cuando es que lo domina y que el reino le está sometido.

El poeta dijo:
«Bishr se asentó sobre el Irak sin la ayuda de la espada y sin derramar sangre.».

Fuente: www.aslama.com 
 

Capítulo [sobre la lectura del Coran]:





Capítulo [sobre la lectura del Coran]

La palabra del Creador, poderoso es su nombre, está realmente leída por la lengua de los lectores, conservada en el corazón de los que la han memorizada, anotada en los pliegos del Coran.

La lectura es el sonido producido por los lectores y sus melodías, es una acción que se ordena o que se prohíbe; el encargado de esta acción es recompensado por esto y el que la descuida puede ser castigado. Pero la palabra del Dios altísimo es lo que está conocido, incluso a partir de la lectura.

Saber el Coran de memoria es un atributo del que lo conoce de memoria, y lo que sabe es la palabra del Dios altísimo; la escritura consiste en letras ordenadas y de formas abigarradas y todo esto apareció en el tiempo, pero lo que comprendemos leyendo esta escritura es la palabra del Dios altísimo.

Así también, el nombre del Dios altísimo está mencionado, conocido, escrito, pero no es otro que la mención, el saber o la escritura.

Fuente: www.aslama.com 
 

Capítulo [sobre la Palabra Divina]



Capítulo [sobre la Palabra Divina]



La palabra verdadera en nuestro mundo es el discurso del alma y es este discurso que designan las expresiones establecidas por convención, y también, a veces, las líneas de escritura, los símbolos y los signos; todas cosas que son índices de la palabra subsistente en el alma, es la razón por la cual al-Ahtal dijo:

«La palabra está en el corazón y la lengua fue creada para significarla».

Un otro testimonio de esta doctrina se encuentra en el libro de Allâh poderoso y majestuoso; cuando Allâh altísimo dice acerca de los hipócritas: «
Cuando vienen a ti los hipócritas, dicen: Atestiguamos que tú eres el Mensajero de Allah…» (Coran, 63/1).

Ahora bien, sabemos bien que Allâh altísimo no tachó de mentirosos a los hipócritas debido a los términos que pronunciaron, sino por lo que encubren sus consciencias. (Otro testimonio) la palabra de Allâh, alabado sea: « diciendo para sus adentros... » (Coran, 58/8).

Pues si está establecido que, lo que es subsistente en el alma, es esto la palabra, y no las letras puestas en orden, ni los sonidos discontinuos procedentes de los puntos de articulación de las letras, entonces aparece evidente, para el hombre dotado de razón, que la palabra sin comienzo tampoco no es letras y sonidos, ni arias ni melodías. De hecho las letras se suceden y se ordenan entre ellas, y se pronuncian ciertas de estas después de ciertas otras, ahora bien todo lo que está precedido de algo otro ha aparecido en el tiempo.


Fuente: www.aslama.com 
 

Capítulo [que establece la eternidad de Sus Atributos de Ciencia, Poder y Vida]





Capítulo [que establece la eternidad de Sus Atributos de Ciencia, Poder y Vida]


El eternal, alabado sea, es sabio de un saber eternal, capaz de una capacidad eternal, vivo de una vida eternal.

Los mu`tazili pretendieron que el Creador era vivo, sabio y capaz por sí mismo y que no tenía ni saber, ni poder, ni vida.

Ahora bien está racionalmente establecido que lo por lo cual se conoce el conocible es el saber; pues si el Creador, alabado sea, conoce lo conocible por sí mismo, es él mismo que es el saber –toda relación con un objeto de conocimiento que consiste en cernir este objeto siendo saber de este objeto.

Después los mu`tazili extendieron arbitrariamente su juicio a los otros atributos del Señor y pretendieron que era vivo, sabio, capaz por sí mismo y que era queriente de una voluntad aparecida en el tiempo.

Pero si invertemos lo que dicen para pretender que Allâh es sabio de un saber aparecido aparecido en el tiempo y queriente por sí mismo, no encontrarán distinción (válida) entre lo que creen y lo hacia lo cual les acorralamos.

De hecho si dicen: si el Creador era queriente debido a su esencia, sería queriente sobre todo lo que puede ser querido; de la misma manera que sabiendo debido a su esencia, sabe todo lo que puede ser sabido –de hecho, todo lo que es conocible es conocido de él.

Diremos que esto no es correcto según vuestra doctrina y vuestras creencias corrompidas acerca del hecho de que el Creador altísimo es capaz: el saber para vosotros es de hecho un atributo de esencia, ahora bien pretendéis que el ser capaz de Allâh se refiere solamente a ciertos objetos de capacidad, y que no se atribuye al Señor una capacidad sobre los objetos de la capacidad humana.

Versículos del libro de Allâh altísimo exponen claramente y establecen la existencia de los atributos. Así como esta palabra de Allâh altísimo:

«No hay hembra que quede preñada ni que dé a luz que no sea con Su conocimiento.» (Coran, 41/47).

Allâh altísimo dice, glorificándose sí mismo:

«Allâh es Quien provee, el Dueño del poder, el Fuerte.» (Coran, 51/58).

Esta fuerza, es el poder, según el aviso unánime de los comentadores.

Fuente: www.aslama.com
 

Capítulo [sobre la Palabra sin comienzo del Creador]





Capítulo [sobre la Palabra sin comienzo del Creador]

Hemos dicho que el Creador altísimo era hablante, sabe que su palabra es eternal y sin comienzo. Los mu`tazili, los najjeri, los zaydi, los imâmi y los kharijji pretendieron que la palabra del Creador altísimo había aparecido en el tiempo. Grupos entre esta gente prohibieron el empleo absoluto de la expresión: “la palabra de Allâh es creada”, y la calificaron de aparecida, o producida en el tiempo; luego de que los últimos mu`tazili emplearon absolutamente la expresión: “la palabra de Allâh es creada”.


La prueba de que la palabra de Allâh no tiene comienzo es la siguiente: todos son unánimes en decir que Allâh es hablante con una palabra; pues si esta palabra había aparecido en el tiempo, tendría que subsistir o en la esencia del Creador altísimo, o en un cuerpo, o subsistiría por sí misma. Está errado pensar que esta palabra subsiste en Allâh, pues es imposible que lo que ha aparecido en el tiempo subsiste en la esencia del Creador altísimo, porque lo que ha aparecido en el tiempo no subsiste sino en lo que también ha aparecido en el tiempo. Por otra parte, si esta palabra subsistía en un cuerpo, el que proferiría esta palabra sería este cuerpo. Finalmente, está errado decir que esta palabra subsiste por sí misma, porque la palabra es un accidente como los otros, y los accidentes no pueden subsistir por sí mismos; decir que es posible para una categoría de accidentes, es decir que es posible para todos los otros.

Fuente: www.aslama.com