Allâh no puede ser preguntado sobre lo que decidio (Al Bayhaqî)


 

Al Imâm Abû Bakr Al Bayhaqî (que Allâh le haga misericordia) dijo:

« […] No se Le pregunta a Allâh sobre lo que hace, sobre lo que crea y sobre lo que quiere, de una
interrogación que tiene el carácter de una objeción y de una interpelación. La prueba es Su Palabra: «A Él no se le pedirán explicaciones de lo que hace, pero ellos sí serán preguntados.» [Sûrah 21 – Âyah 23].

En realidad, este principio es claro y evidente porque el que interroga ajeno y le interpela no lo hace sino en calidad de superior o porque el que es interrogado hizo prueba de ignorancia, falló o abusó en algo. Ahora bien, todas las causas que justificarían interrogatorios, las objeciones y las interpelaciones son inexistentes con Allâh.

De hecho Allâh es El Omnisciente, El Sabio, no se Le puede atribuir la ignorancia o la carencia, porque rige los asuntos de las creaturas por Su Sabiduría que no podemos en absoluto aprehender. Y además solamente conocemos una ínfima parte de ella, siendo que hasta los ángeles cercanos no pudieron discernir la Sabiduría Divina respecto a la creación del hombre y del hecho que el vicariato haya sido otorgado al hijo de Adam.
Allâh dijo al respecto: «Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a poner en la tierra a un representante Mío.
Dijeron: ¿Vas a poner en ella a quien extienda la corrupción y derrame sangre mientras que nosotros Te glorificamos con la alabanza que Te es debida y declaramos Tu absoluta pureza? Dijo: Yo sé lo que vosotros no sabéis.
»
[Sûrah 2 – Âyah 30].

Por otra parte, teniendo en cuenta que Allâh es El Señor y El Soberano de toda cosa y que todo lo que hay fuera de Él es sometido a Allâh, no podemos concebir que Allâh pueda estar controlado o dirigido por quien sea, o que alguien pueda dar órdenes a Allâh, porque Allâh es mucho más encima de estas consideraciones. Es El Creador y El Señor efectivo de toda cosa. Lo que ordena en el mundo y lo que hace depende de Su poder exclusivo de disponer de Sus posesiones como quiere. Admitiendo esto, resulta imposible que quien sea Le interrogue, Le interpele o Le objete lo que sea. »
Fin de citation.

Referencia: Prédestination et Libre-Arbitre en Islâm, édité aux éditions Iqra.



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