La mujer entre religión y cultura:



Durante mucho tiempo considerada como un «objeto» de deseo y como una criatura sin derecho, la mujer sufrió y sigue sufriendo de una injusticia que no puede de ningún modo ser atribuida a Allâh o a la religión de Allâh, sino a los hombres y a sus desvíos y comportamientos indignos.

El Islâm fue al origen de «la primera carta de los derechos del Hombre y del respeto de la naturaleza».
El avenimiento del Islâm permitió particularmente a la mujer en Arabia, hace más de 1400 años, y por primera vez en la historia del mundo antiguo, tener derechos equivalentes a los del hombre. Pudo heredar, atestiguar ante los tribunales, elegir su esposo, votar [1] y trabajar, poseer bienes…
Antes del Islâm, los árabes enterraban sus hijas vivas, por temor del deshonor probable en el futuro! La mujer hacía parte de los objetos que se heredaba después de la muerte del marido o del maestro!

El Coran instauró la igualdad y precisó para cada uno del hombre y de la mujer sus derechos y sus deberes, según la predisposición natural de cada uno y según su constitución. 

Definió para la mujer su parte en la herencia, le permitió contribuir a la evolución de la sociedad, permitiéndole atestiguar, votar, trabajar, o también aceptar o rehusar un matrimonio propuesto.
Basó la relación entre el hombre y la mujer en el respeto mutual y el Amor en Allâh. Ordenó a cada uno el pudor para no caer en el pecado carnal y para proteger nuestra sociedad del vicio y a nuestra filiación del desorden.

Respecto a la relación conyugal, Allâh dice en el Coran: '
Y parte de Sus signos es que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas y puso entre vosotros amor y misericordia ' Coran: Los Romanos versículo: 21
Y dice: «
Convivid [los varones] con ellas [vuestras mujeres] según lo reconocido y si os disgustan, tal vez os esté disgustando algo en lo que Allah ha puesto mucho bien. » Surah An-nissâ, versículo 19.

El Islâm ordenó al hombre tener mucho cuidado hacia la mujer y hasta hizo la relación entre el buen comportamiento del hombre con su esposa, y la fe: Abû Hurayra relata que el Profeta (Paz y Bendición con él) dijo (lo que significa): «El creyente que tiene la fe la más perfecta es el que tiene el mejor comportamiento, y los mejores entre vosotros son los que tienen el mejor comportamiento con sus esposas»[2] ....
El Profeta (Paz y Bendición con él) dio el ejemplo por sí mismo, siendo dulce, afectuoso y atento con los suyos. Había hecho un día con su esposa ‘Aïsha (que Allâh esté complacido con ella) una carrera que ella ganó. Más tarde, habiendo aumentado de peso, ‘Aisha perdió, el Profeta (Paz y Bendición con él) dijo entonces: 'Ahora estamos empatados'[3]. Cuando bebía de un recipiente, lo tomaba y bebía poniendo su boca en el mismo lugar que ella. Cuando comía de un recipiente, comía del mismo lugar o a proximidad de este. Descansaba poniendo su cabeza sobre sus rodillas e incluso podía recitar el Coran mientras estaba en esa posición…
Aïsha, Al-Hasan y Abû Sa‘îd relatan, con versiones diferentes en su descripción, que en su casa, estaba (Paz y Bendición con él) al servicio de los suyos: seleccionaba y zurcía sus ropas, ordeñaba su vaca, arreglaba sus zapatos, se encargaba de sus asuntos personales, ayudaba a limpiar la casa, ataba el camelo y le daba forraje, comía con los servidores, preparaba con ellos la masa y se iba de compras[4]. 

El Islam también protegió a la mujer de sí misma y de los abusos de los hombres instaurando la «Nafaqa», una tomada a cargo material en caso de divorcio…

Al nivel político, asistimos a la primera «Bay‘a» (pacto de fidelidad) de las mujeres con el Profeta (Paz y Bendiciones con él), citado en la Surah Al-mumtahina. Al nivel social, asistimos a las primeras mujeres que trabajan: profesoras, enfermeras, contadoras o interventoras. Aisha (que Allâh esté complacido con ella) enseñó a muchos hombres la religión y la jurisprudencia. En la época del segundo Califa bien guiado, había por ejemplo una mujer que controlaba las balanzas en el mercado. (para luchar contra los fraudes)…

A través de los textos sagrados de la tradición musulmana, podemos afirmar que la mujer en Islam tiene un estatuto de honor particular: tiene la «fuente de vida» y es ella que «educa las generaciones», pues aparece así como el núcleo de la sociedad.

A lo largo de las generaciones de musulmanes, sea en el imperio islámico del oriente o en el de al-Andaluz, la mujer siempre tuvo un papel igual al del hombre, y esto en todos los dominios, hasta en las más altas esferas del estado «islámico». Ciencia, política, literatura, religión o espiritualidad, varias figuras femeninas marcaron la historia del mundo por su erudición, su inteligencia, su valentía, su sinceridad o su fervor espiritual.


En el sufismo, los maestros consideran la mujer como una luz de Allâh y como el ser más favorable y permeable a las epifanías de Allâh. El ejemplo del Amor puro por Allâh dado por la santa piadosa Râbi’a al-‘adawiyya es un modelo inimitable.


Desgraciadamente, hace dos siglos, asistimos a dos fenómenos paralelos pero diametralmente opuestos: una toma de consciencia por parte del Occidente para una valorización de su papel, al principio del último siglo por ejemplo, las leyes fueron votadas en Occidente para que, por primera vez, la mujer pueda votar… Y una caída de la civilización musulmana que privó la mujer de muchas libertades y de muchos de sus derechos otorgados por el Islâm y practicados durante siglos!
Algunos gurú fanáticos e ignorantes prohíben por ejemplo a la mujer manejar un coche!! A pesar de que incluso en la época de nuestro Profeta (Paz y Bendición con él), la mujer manejaba su montura sin que ni el Profeta, ni sus Compañeros después de él lo hayan prohibido!! 
El estatuto original de una cosa en el Islâm es la licitud, mientras no hay ningún texto sagrado que la prohíba ni ningún perjuicio seguro debido a ella.

Este fenómeno de desprecio de la mujer y más generalmente del fanatismo ciego y peligroso en muchos países del Islam, es ciertamente relacionado con la ignorancia (de los principios del Islâm, entre otros) y a la radicalisación dogmatica debida al avenimiento del movimiento salafi wahhabi desde el siglo 18.

Ahí vienen cuestiones evidentes:

¿Cómo se instaló esa ignorancia y cómo aconteció esa radicalización?

Cómo el mundo musulmán pasó del estatuto de líder y creador de los derechos del Hombre (abolición de la esclavitud alentada por el Profeta y sus Compañeros, la igualdad, la fraternidad y el derecho de la mujer instaurado por el Islâm) al estatuto caricatural del hombre que golpea a su esposa o a su hermana o que desprecia a su mujer!?

Cómo el mundo musulmán llegó a tener el nivel de analfabetismo más alto, siendo que la primer palabra que fue revelada al Profeta del Islâm es «Lee» (Iqraa), y que el conocimiento es un componente esencial de los principios mismos del Islâm!?

Por lo tanto, tampoco no podemos alabar al modelo occidental actual, que también tiene sus fallos. La imagen de la mujer es muchas veces, en este modelo, un objeto de deseo o un catalizador comercial, una herramienta de marketing... y el cuerpo de la mujer es desgraciadamente explotado, hasta vendido para el provecho, por hombres que tienen un solo ídolo: el dinero.

Notas:
[1] Por ejemplo, es solamente a partir de 1945 que la mujer en Francia pudo votar.
[2] Hadîth relatado en el Musnad del Imâm Ahmad (Hadîth n°: 7095). En otro Hadîth: el Profeta (Paz y Bendición con él) dijo lo que significa: «El mejor de mi comunidad es el que es bueno (tiene gran cuidado) con su familia y tengo el mejor comportamiento con mi familia».
[3] Según una tradición relatada por Al-Bukhârî.
[4] Ash-shifâ del Qâdî ‘Iyâd de Ceuta, capítulo II. 





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