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Definición y Historia
La Expansión y la Apertura del Mundo Islámico
El término «madhhab» que traducimos generalmente por escuela, designa las escuelas de pensamiento jurídico en el Islam, y significa literalmente «ir hacia» o «tomar la vía hacia».
Desde las primeras generaciones de musulmanes, había varias escuelas jurídicas. Cada Compañero calificado, así como cada Seguidor considerado sabio, tenía su propia escuela.
En la época de los sucesores de los seguidores (tercera generación de musulmanes), se contaban aproximadamente diez escuelas: la escuela maliki, hanafi, shâfi’i, hanbali, las del Imâm Awzâ’î, de Sufyân At-thawrî, de Al-layth Ibn Sa‘d, de Ibn Jarîr At-tabarî, de Ishâq Ibn Râhawayya, de Ibn dâwûd y de otros… También había la escuela de los «Ahl Al-bayt», los descendientes y partidarios de Hasan y Husayn (que Allah esté complacido con ellos) nietos del Profeta (Paz y Bendición con él), considerados entonces una rama ortodoxa (la diferenciación sunni/shii todavía no existía).
Las doctrinas se justificaban sobre todo por las nuevas necesidades y los asuntos de actualidad, particularmente en tierras conquistadas por los musulmanes.
Desde la época de los Omeyas el mundo musulmán en plena expansión conoció la influencia de diversas filosofías y culturas extranjeras. Las sectas aparecieron y se aprovecharon de la ignorancia de las masas musulmanas. La ausencia de reglas estrictas –que organicen y autentifiquen las fatwa (los esfuerzos de interpretación jurídica)- favoreció la anarquía en materia de jurisprudencia, particularmente en las regiones las más alejadas.
En este contexto político y religioso muy agitado, las cuatro escuelas: hanafi, maliki, shâfi’i y hanbali nacieron y supieron responder con firmeza y eficacidad a las preguntas y preocupaciones del mundo musulmán. Supieron conservar a través del tiempo su notoriedad y obtuvieron la unanimidad en el mundo musulmán casi entero. Es así que colmaron – gracia a los esfuerzos de sus alumnos sucesores fieles y cualificados- un vacío peligroso en materia de derecho musulmán en relación con las cuestiones de actualidad.
La comunidad (Ummah) islámica conoció así entre el segundo y hasta el septimo siglo de la Hejira más de veinte escuelas jurídicas. Muchas de estas escuelas desaparecieron, y esto se debe a varias razones: unas desaparecieron porque no había más sucesor para seguir difundiendo sus principios, otras desaparecieron porque eran demasiada rígidas o demasiada flexibles o porque no había unanimidad sobre sus creadores o sus fundamentos. Solamente cuatro escuelas sunni sobrevivieron, recibieron el consenso de la comunidad musulmana y se impusieron así como referencias sanas y solidas. Se tratan de las escuelas hanafi, maliki, shâfi’i y hanbali.
Desde las primeras generaciones de musulmanes, había varias escuelas jurídicas. Cada Compañero calificado, así como cada Seguidor considerado sabio, tenía su propia escuela.
En la época de los sucesores de los seguidores (tercera generación de musulmanes), se contaban aproximadamente diez escuelas: la escuela maliki, hanafi, shâfi’i, hanbali, las del Imâm Awzâ’î, de Sufyân At-thawrî, de Al-layth Ibn Sa‘d, de Ibn Jarîr At-tabarî, de Ishâq Ibn Râhawayya, de Ibn dâwûd y de otros… También había la escuela de los «Ahl Al-bayt», los descendientes y partidarios de Hasan y Husayn (que Allah esté complacido con ellos) nietos del Profeta (Paz y Bendición con él), considerados entonces una rama ortodoxa (la diferenciación sunni/shii todavía no existía).
Las doctrinas se justificaban sobre todo por las nuevas necesidades y los asuntos de actualidad, particularmente en tierras conquistadas por los musulmanes.
Desde la época de los Omeyas el mundo musulmán en plena expansión conoció la influencia de diversas filosofías y culturas extranjeras. Las sectas aparecieron y se aprovecharon de la ignorancia de las masas musulmanas. La ausencia de reglas estrictas –que organicen y autentifiquen las fatwa (los esfuerzos de interpretación jurídica)- favoreció la anarquía en materia de jurisprudencia, particularmente en las regiones las más alejadas.
En este contexto político y religioso muy agitado, las cuatro escuelas: hanafi, maliki, shâfi’i y hanbali nacieron y supieron responder con firmeza y eficacidad a las preguntas y preocupaciones del mundo musulmán. Supieron conservar a través del tiempo su notoriedad y obtuvieron la unanimidad en el mundo musulmán casi entero. Es así que colmaron – gracia a los esfuerzos de sus alumnos sucesores fieles y cualificados- un vacío peligroso en materia de derecho musulmán en relación con las cuestiones de actualidad.
La comunidad (Ummah) islámica conoció así entre el segundo y hasta el septimo siglo de la Hejira más de veinte escuelas jurídicas. Muchas de estas escuelas desaparecieron, y esto se debe a varias razones: unas desaparecieron porque no había más sucesor para seguir difundiendo sus principios, otras desaparecieron porque eran demasiada rígidas o demasiada flexibles o porque no había unanimidad sobre sus creadores o sus fundamentos. Solamente cuatro escuelas sunni sobrevivieron, recibieron el consenso de la comunidad musulmana y se impusieron así como referencias sanas y solidas. Se tratan de las escuelas hanafi, maliki, shâfi’i y hanbali.
Las herramientas del Ijtihâd
Las bases de estas cuatro escuelas son, primero: el Coran y la Sunna. Respecto a las preguntas y asuntos nuevos que no fueron tratados en los textos tradicionales, las cuatro escuelas recurrieron a lo que llamamos las herramientas de la jurisprudencia (que varian según cada escuela y su contexto). Podemos citar entre estas herramientas que se inscriben en la gran categoría del esfuerzo jurídico «Ijtihâd» [1]:*la analogía (o el cotejo con el texto tradicional) «al-qiyâs»,
*el consenso «al-ijmâ'» (basado en la famosa palabra del Profeta (Paz y Bendición con él): "Mi comunidad no puede tener un consenso sobre algo errado (un extravío) [2]»,
*El interés de la comunidad «Al-masâlih al-mursala»,
*la preferencia personal, dirigida hacia el bien « istihsân »
*la opinión personal «Ar-ra’y» (especialidad de la escuela hanafi) basada en la interpretación «ta’wîl».
*...
Notas:
[1] El Profeta (Paz y Bendición con él) le había enseñado a Mu'âdh ibn Jabal (apodado el que más conoce sobre el Halâl=lícito y el Harâm=prohibido) antes de mandarle a Yemen como mensajero de los buenos valores del Islam: "¿Según qué juzgarás cuando tendrás que hacerlo? – Según el Libro de Allah, había respondido Mu'âdh. – ¿Y si no encuentras (ninguna solución explícita) en el Libro de Allah?– Entonces juzgare según los Hadîth del Mensajero de Allah, había respondido Mu'âdh. – ¿Y si no encuentras (ninguna solución explícita) en los Hadîth del Mensajero de Allah? – Entonces realizaré un esfuerzo de reflexión (ijtihâd) para formular mi opinión, había respondido Mu'âdh." Sobre lo cual el Profeta había manifestado su aprobación en estos términos: "Alabado sea Allah quien guió el mensajero del Mensajero de Allah hacia lo que satisface el Mensajero de Allah."
Relatado por at-Tirmidhî y Abû Dâûd, ver también A'lâm ul-muwaqqi'în, tomo 1 p. 49-50.
El Profeta (Paz y Bendición con él) dijo, en el sentido: «Cuando el juez realiza un esfuerzo (jurídico) (ijtihada) y alcanza la verdad, tiene dos recompensas, y si realiza un esfuerzo (jurídico) y se equivoca, tiene una sola recompensa».
Relatado por Al-Bukhârî: Hadîth n° : 6805 : capítulo: « Al- i‘tisâm bi al-kitâb wa as-sunna »
[2] Ver Ad-dâramî (1/29) y «jam‘a al-jawâmi‘» del Imâm As-suyûtî (4641): hace parte de las tres cosas que Allah prometió a Su Mensajero Muhammad (Paz y Bendición con él): su comunidad no tendrá ningún consenso sobre algo errado.
Fuente: www.doctrine-malikite.fr
[1] El Profeta (Paz y Bendición con él) le había enseñado a Mu'âdh ibn Jabal (apodado el que más conoce sobre el Halâl=lícito y el Harâm=prohibido) antes de mandarle a Yemen como mensajero de los buenos valores del Islam: "¿Según qué juzgarás cuando tendrás que hacerlo? – Según el Libro de Allah, había respondido Mu'âdh. – ¿Y si no encuentras (ninguna solución explícita) en el Libro de Allah?– Entonces juzgare según los Hadîth del Mensajero de Allah, había respondido Mu'âdh. – ¿Y si no encuentras (ninguna solución explícita) en los Hadîth del Mensajero de Allah? – Entonces realizaré un esfuerzo de reflexión (ijtihâd) para formular mi opinión, había respondido Mu'âdh." Sobre lo cual el Profeta había manifestado su aprobación en estos términos: "Alabado sea Allah quien guió el mensajero del Mensajero de Allah hacia lo que satisface el Mensajero de Allah."
Relatado por at-Tirmidhî y Abû Dâûd, ver también A'lâm ul-muwaqqi'în, tomo 1 p. 49-50.
El Profeta (Paz y Bendición con él) dijo, en el sentido: «Cuando el juez realiza un esfuerzo (jurídico) (ijtihada) y alcanza la verdad, tiene dos recompensas, y si realiza un esfuerzo (jurídico) y se equivoca, tiene una sola recompensa».
Relatado por Al-Bukhârî: Hadîth n° : 6805 : capítulo: « Al- i‘tisâm bi al-kitâb wa as-sunna »
[2] Ver Ad-dâramî (1/29) y «jam‘a al-jawâmi‘» del Imâm As-suyûtî (4641): hace parte de las tres cosas que Allah prometió a Su Mensajero Muhammad (Paz y Bendición con él): su comunidad no tendrá ningún consenso sobre algo errado.
Fuente: www.doctrine-malikite.fr
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