La matanza de Tâ’if mandada por los wahhâbi (Ibn Zaynî Dahlân)

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El Muftî Shâfi'i de Makkah de su tiempo, Ash Shaykh Al Islâm Ahmad Ibn Zaynî Dahlân Al Makkî (que Allâh le aga misericordia) dijo acerca de la matanza de Tâ’if, mandada por los wahhâbi a sueldo de Muhammad Ibn Sa'ûd y Muhammad Ibn 'Abd Il Wahhâb:

«Al Buwayhît (uno de los jefes de los wahhâbi, espía a sueldo) salió [de Tâ’if] para darle la garantía de paz de parte de 'Uthmân [Al Madayfî] y de Salîm Ibn Shakbân, pero un tirador de la gente de Tâ°if, desde un minarete, le disparó y le mató.
Cuando los wahhâbi se enteraron de esto, atacaron bruscamente la muralla y no encontraron resistencia capaz de enfrentarles. Un grupo de los habitantes de Tâ’if había huido, pero la caballería les habían vuelto a coger y los wahhâbi les mataron; pocos fueron perdonados.
Cuando entraron en Ta’if, se libraron a una matanza general de la gente, los adultos y los jovenes, los que reciben los ordenes como los que les mandan, los notables y la gente común. Degollaron hasta al niño sobre el pecho de su madre; se subían en las casas, hacían salir los que se habían refugiado adentro y les mataban. Encontraron un grupo que estudiaba el Coran y les mataron todos. Masacraron todos los que se habían refugiado en las casas. Después se fueron hacia los comercios y las mezquitas y mataron la gente que estaba allá. Mataron el hombre en la mezquita mientras estaba en la inclinación o en la postración, hasta que les hayan exterminado todos; que la maldición esté sobre ellos de parte del Todo Poderoso que detiene los cielos por Su potencia. No sobró de la gente de Tâ°if (de los combatientes de esta ciudad) sino un grupo de un poco más de 20 personas. Se refugiaron en la casa de los Al Fitnî, y levantaron barricadas para que las balas no les alcancen. También quedaba un grupo en la casa de los Al Fa’r, compuesto de 270 combatientes; lucharon durante el día entero y les ocuparon por su resistencia, y esto continuó el segundo y el tercer día.
Ibn Shakbân comprendió que no podría alcanzarles sino por el complot u la astucia. Les envió una carta garantizandoles la paz en la cual les dice: «Teneis la palabra de Ibn Shakbân y ‘Uthmân» ; desde entonces, los resistantes dejaron la lucha. Mandaron hacia ellos un grupo para recuperar las armas y les dijeron: «Los asociadores a la divinidad no tienen el derecho de llevar armas», y les hicieron salir ante su emir. Cuando los resistantes fueron ante él, ordenó que se les matarán todos. Es así que fueron Mártires. El lugar donde fueron matados se llama Duqaq Ul Lawz. También había un grupo de resistantes dispersados en el barrio dicho de los 'Îsâ, compuesto de aproximadamente 50 combatientes; estaban detrás de barricadas, disparando en su dirección, ahí también los wahhâbi lograron hacerles salir con garantías de paz, de preservación de las almas, de libertad etc… pero les llevaron hasta la cuenca Wajj y les dejaron en el frío y la nieve, completamente desnudos, y les dieron viejos tejidos usados. Les reunieron en este estado, hombres y mujeres, y así las mujeres púdicas acostumbradas a los cuartos protegidos se encontraron en una situación lamentable. Trece días después les aseguraron de que podrían volver a la ciudad, y es solamente en este momento que los wahhâbi empezaron a distribuir un poquito de cebada a los pobres, de manera humillante.
Cada día, los beduinos entraban en la ciudad de Tâ°if y acaparaban los bienes. Saqueaban el oro y la plata, los bienes comerciales, los muebles, etc. Se arrojaban sobre las riquezas como las mariposas alrededor del fuego, y los bienes en su campamento se habían vuelto montañas. Tomaron todo, excepto los libros que esparcieron sobre las plazas públicas, las calles y los mercados donde el viento les hacía volar. Entre estos libros habían ejemplares del Coran por miles, ejemplares de Al Bukhârî, de Muslim y de otros libros de hadîth, de fiqh, de gramática y otras ciencias religiosas. Los libros se quedaron así en las calles durante días, les pisaban y nadie podía quitar ni siquiera un papel.
Uno de esos demonios se enteró de que la riqueza la más preciosa de los habitantes de Tâ°if estaba enterrada debajo de las casas. Así, intentaron encontrarla cavando debajo de un sótano, y encontraron bienes de gran valor; y esto les llevó a cavar en todos lugares, así que destrozaron las casas una a una, y hasta se fueron a cavar en los baños y las alcantarillas.  
Es así que esta región que vivía hasta entonces en la alegría fue totalmente destruída. Esta gran desgracia ocurrio durante el mes de Dhul Qa'dah 1217 (Febrero 1803). »
Fin de citación.
Referencia: Umara° Ul Balad Il Harâm del Imâm Ahmad Ibn Zaynî Dahlân Al Makkî (que Allâh  haga misericordia).


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