Volver a Lícito e Ilícito en el Islâm
En el Islam, el cuerpo humano, así como las facultades que fueron dadas al hombre son considerados como depósito por parte de Allâh. El que utiliza un órgano de su cuerpo o una de sus facultades de una manera que no respeta el ámbito definido y querido por Allâh se vuelve culpable de traición en cuanto al depósito que le fue encomendado.
A partir de
esto, hay que saber que con respecto a la sexualidad, el Islam enunció una
orientación esencial para el hombre y la mujer en la manera de satisfacer esta
necesidad natural: la expresión del instinto sexual no debe ser vivida sino en
el ámbito de un matrimonio, y esto, para contribuir a la realización de un objetivo muy
importante, a saber el de perpetuar el especie humano.
Toda
expresión de sexualidad que no seguiría esta orientación es condenada en el
Islam: es la razón por la cual actos como el Zinâ (fornicación) son
estrictamente prohibidos... Es también por esta razón que la masturbación es
considerada por la casi totalidad de los sabios musulmanes como prohibida, como
lo indica claramente el síntesis presentado más abajo de los diferentes
opiniones según las escuelas jurídicas al respecto. Estos avisos emitidos sobre
la masturbación atañan tanto al hombre como a la mujer. La mayoría de los
sabios musulmanes consideran que, masturbarse, es "buscar más allá de los
límites" establecidos por la religión. Pues el que lo hace
es un transgresor, en virtud del pasaje coránico siguiente:
"Habrán triunfado los creyentes, aquéllos
que en su salat están presentes y se humillan, los que de la frivolidad se
apartan, los que hacen efectivo el zakat, y preservan sus partes privadas (de toda
relación), excepto con sus esposas o las que poseen
sus diestras, en cuyo caso no son censurables, pero quien busque algo más
allá de eso... Esos son los transgresores."
(Surah
23 / versículos 1-7)
Según
la escuela hanbali, la masturbación es tolerada únicamente si permite evitar el adultero o un
algún riesgo relacionado con la salud física, y esto, para el que no tiene la
capacitad de casarse. Pues, si una persona puede casarse, la masturbación no
será permitida para esa persona. (Referencias: "Kachâful
Qina’" y Ghâyatul Muntahâ").
Según
la escuela shâfi’i, la masturbación es prohibida, al igual que la sodomía. (Referencias: "Al Muhadhab" y "Mughniyl Muhtâdj").
Según
la escuela hanafi, la masturbación es prohibida si tiene como único objeto la obtención del
placer. Pero si una persona es sumergida por el deseo, que ya no puede
controlar sus pulsiones y teme caer en el "Zinâ", en este caso puede recurrir a la masturbación para
tranquilizarse, y esto, según el principio jurídico bien conocido que dice que
cuando nos enfrentamos con dos males, debemos elegir el menor de los dos ("akhaf udh dhararaïn" o "ahwan ul
baliyataïn").
Los sabios
de la escuela maliki prohiben también la masturbación, como fue
relatado en la obra "Subulus Salâm" de
Amîr As San'âni r.a..
Grandes
comentadores del Coran, como por ejemplo Allâmah Qurtubi r.a., Allâmah Âlusi
r.a., Allâma Nasafi r.a., así como eminentes sabios como Sheykh Ibn Taymiyyah
r.a tienden también hacia la prohibición de este acto.
Frente
a todos estos avisos, resulta claro que la masturbación no puede ser tolerada excepto
en último recurso, cuando hay un fuerte riesgo (real) de caer en un pecado más grande, o sea el "Zinâ" (fornicación). Pero antes de llegar a
este punto, el musulmán y la musulmana deben primero intentar de tranquilizar
sus pulsiones vía el ayuno, como fue enseñado por el Profeta Muhammad (sallallâhu alayhi wa sallam). Finalmente,
es importante recordar que, si ocurre a alguien masturbarse, debe después
implorar el perdón de Allah.
Wa
Allâhu A'lam!
Y
Allâh es Sabe Más!
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