Lo que hay que saber respecto a la matanza ritual y lo que diferencia una carne halâl de una carne que no lo es.
Este trabajo es basado en los propósitos del Imâm Abul Hasan Ibn Nasîr Ud Dîn Al Manûfî Ash Shâdhilî (rahimahu Llâh) sacado de su obra intitulada Muqaddimat Ul 'Izziyyah y de su comentario por el Imâm Sâlih Ul Âbî Al Azharî Al Mâlikî (rahimahu Llâh).
Las palabras del Imâm Abul Hasan Al Manûfî aparecerán entre crochetes para bien distinguir los propósitos de los dos Imâm.
[El sacrificio] se hace por un individuo que goza de sus facultades mentales, sea musulmán o no, de condición libre o esclavo. [Consiste en cortar enteramente la garganta y las venas yugulares] que se encuentran en la parte anterior del animal, y debe ser hecho sin interrupción, hasta el fin del procedimiento.
[Un corte incompleto es insuficiente e inválido], como por ejemplo, el hecho de cortar la mitad de la garganta, o cortar una sola vena yugular, o cortar solamente una parte de todo lo que hay que cortar.
El sacrificio no es válido si es hecho por una persona que no goza de sus facultades mentales, sea debido a su corta edad o a un estado de ebriedad.
Así, si un corte incompleto es insuficiente e inválido, implica también el hecho de que un corte superior no es convenible. No hace falta cortar la artera gutural. Tal es el aviso preponderante del madh-hab que figura notamente en Al Mudawwanah [1]. Abû Tammâm relató sin embargo que Mâlik hizo de este punto una condición de validez del sacrificio, y es también el aviso de Ash Shâfi'î. Fue también sugerido que el animal degollado no sería consumible en el caso en que el degollamiento fuera realizado de tal manera que la glándula maxilar se encuentre del lado del cuerpo, porque en tal caso, la tráquea no sería completamente seccionada. Tal es el aviso sostenido por Mâlik (radiya Llâhu 'anhu).
Según el aviso lo más plausible, es indispensable que la glándula maxilar esté parcialmente del lado de la cabeza del animal después del degollamiento, porque si no se encuentra totalmente del lado del cuerpo del animal, entonces este no podrá ser consumido. En realidad, es imposible que la glándula maxilar se encuentre completamente del lado de la cabeza después del degollamiento, porque su forma es larga y se prolonga un poco en el tronco del animal.
[El degollamiento realizado por una mujer] que goza de sus facultades mentales [es válido], sea joven o de edad avanzada, libre o esclava, musulmana, judía o cristiana. El degollamiento realizado por un judío o un cristiano también es válido, a condición de que no suela comer carne de animales no degollados, que el degollamiento se haga en presencia de un musulmán que conoce la jurisprudencia de la matanza ritual, y que este judío o este cristiano degollé un animal cuya carne es lícita para comer.
Si la bestia que degüella no le es lícita para comer, tampoco no será comible para el musulmán aunque nuestra religión la haya devuelta lícita para su consumo, como por ejemplo las bestias que poseen una sola uña que Allâh les prohibió, tal como nos lo enseña el Coran, cuando Allâh (ta 'âlâ) dice: «Les hicimos ilícito todo lo que tuviera uñas» [2]
El Coran nos informa que, entre otros, la consumición de la carne de las bestias que poseen solamente una uña les fueron prohibidas en su religión. «todo lo que tuviera uñas» son las bestias que no tienen grieta entre las uñas sino una piel o algo similar, como los camellos, las ocas y los patos, y no las gallinas que algunos consideraron bestias que poseen una sola uña aunque no lo fueran, según el aviso lo más justo. [3] No entran en el contexto de la definición (de las bestias que poseen una sola uña sin grieta). Por consecuente, las gallinas degolladas por un judío o un cristiano son lícitas para comer para el musulmán.
Cuando la interdicción de algunas bestias no es claramente establecida en nuestra religión, es decir que no fue mencionado en el Coran sino solamente en su religión o según avisos que nos son relatados, no nos es prohibido comer estas bestias que degüellan. Sin embargo es desaconsejado. Es notamente el caso de la bestia que sufre de derrame pleural al punto que sus pulmones se peguen al estomago, enfermedad que pretenden causar la muerte y que por consecuente, no puede ser comida según ellos. Según nosotros, equivale a la bestia que tiene heridas mortales. Exigimos solamente que el animal degollado por un cristiano o un judío no sea sacrificado para ídolos, porque en este caso, otro nombre que el de Allâh habrá sido pronunciado.
Es prohibido comer la carne de una bestia degollada por un apostata, incluso si es un niño – porque su apostasía es tomada en cuenta, así como su Islam – ni la de una bestia degollada por un mago, excepto si se convirtió al cristianismo, pues en este caso hace parte de la Gente del Libro (Alh Ul Kitâb).[4]
Es desaconsejado que el degollamiento fuera realizado por una persona andrógina, un castrado, un perverso o un no-circunciso. El degollamiento es válido cuando es realizado por una persona muda, una mujer en estado de menstruación o de loquios, o por un esclavo.
[Si el que sacrifica aleja su mano de la bestia después de haber cortado una parte de la garganta y de las venas yugulares, y que luego sigue el degollamiento y remata la bestia, entonces no será comible] y la bestia será entonces considerada de la misma manera que lo es una carroña (pues prohibida para su consumo). Es la razón por la cual el autor explica que cuando el que sacrifica aleja su mano de la cabeza, después de haber cortado una parte de la garganta y de las venas yugulares, sea voluntariamente o por coacción, y que luego vuelve a degollar y remata el animal: no será comible. Esto porque la matanza halâl consiste en matar el animal de una vez, sin interrupción, cortando simplemente la garganta y las venas yugulares. [Pero si el escarificador exagera voluntariamente hasta decapitar el animal, habrá hecho mal] y cometido un acto desaconsejado (Makrûh) [sin embargo el animal quedará consumible].
Precisemos que la matanza ritual tiene que ser hecha por delante, es decir el lado anterior del cuello. El animal que será degollado por la nuca o el lado lateral del cuello será ilícito para su consumo. Porque degollando por la nuca, el degollador corta la medula espinal del animal antes de llegar al lugar del corte legal (que son la garganta y las venas yugulares). Así, habrá tocado un lugar en el cual la herida lleva a la muerte, y es claramente establecido que el degollamiento no es válido cuando está hecho sobre un animal que padece una herida mortal, como lo indica el versículo siguiente: «Se os prohíbe la carne del animal muerto por causa natural, la sangre, la carne de cerdo, la del animal que haya sido sacrificado en nombre de otro que Allâh, la del que haya muerto por asfixia, golpe, caída, cornada o devorado por una fiera –a menos que lo degolléis [antes de que muera]-, y la del que haya sido sacrificado sobre altares» [5]. [6]
Fin de citación.
Notas:
[1] Al Mudawwanah Al Kubrah del Imâm Sahnûn Ibn Sa'îd At Tanukhî.
[2] Surah 6 – Versículo 146.
[3] Mujâhid dijo: «Los judíos no comen ningún animal cuyos «dedos» (pezuña, garras, patas ) no son separados o partidos, como por ejemplo el camello, la avestruz, la oca o el pato. » Ver el exegesis del mismo versículo hecho por el Imâm Ibn Jarîr At Tabarî.
[4] El término «Ahl Ul Kitâb» designa los judíos y los cristianos.
[5] Surah 5 – Versículo 3. Como fue dicho más arriba, la matanza halâl es el hecho de cortar la garganta y las venas yugulares. Este versículo demuestra que un animal muerto debido a una herida y no al degollamiento ritual es ilícito para su consumo en Islâm, aunque fuera degollado después de que haya muerto. Esto responde a la práctica de algunos industriales que piensan que una bestia ahogada o muerta por electronarcosis y que sería después degollada es halâl.
[6] Traducción realizada a partir de la edición francófona de la Muqaddimat Ul 'Izziyyah aux éditions Dar Al Kotob Al Ilmiyah (1ère édition 2007/1428).
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