El Muftî Ahmad Ibn Zaynî Dahlân acerca de la wahhâbiyyah



El Muftî Ahmad Ibn Zaynî Dahlân acerca de la wahhâbiyyah
 

El Muftî Shâfi'ite de Makkah durante la invasión wahhâbi de los Santos Lugares, Al Imâm Ahmad Ibn Zaynî Dahlân Ash Shâfi'î Al Makkî, fallecido en 1304 (que Allâh le haga misericordia) dijo: 
 
«El fundador de esta secta maléfica era Muhammad Ibn 'Abd Il Wahhâb. Era originario del Este [de Arabia] y era un miembro de los Banû Tamîm [...]. Comenzó sus estudios en Medina, que las mejores oraciones y salutaciones estén sobre su ocupante.
 
Su padre y su hermano, el Shaykh Sulaymân Ibn 'Abd Il Wahhâb, eran hombres sabios y virtuosos; ellos dos fueron sus maestros. Muy temprano, presintieron que con él aparecerían la desviación y el extravío. Testigos de sus propósitos belicistas, de su comportamiento asociable y de su antagonismo pronunciado acerca de varios asuntos, denunciaron su perfidia y pusieron en guardia contra él. Allâh confirmó su presentimiento, cuando Muhammad Ibn 'Abd Il Wahhâb propagó sus elucubraciones desviacionistas y devastadoras por las cuales, en detrimento de los Imâm en religión, tantos ignorantes se extraviaron. Para esto, recurrieron a la condenación por la declaración de incredulidad (at takfîr). Pretendían que recogerse en la tumba del Profeta, que su intercesión, la de los otros profetas, de los santos y de los virtuosos, que irse a visitar sus tumbas era asociacionismo (ash shirk), que emplear el vocativo «Yâ Muhammad» lo era también –tanto para él que para otros- que atribuir, hasta en el sentido figurado, un favor a otro que Allâh, era asociación, como el hecho de decir: «¡Este medicamento me hizo bien!» o también: «La intercesión por tal Santo me fue beneficiosa». Adoptó argumentos que no tenía nada que ver con sus alegaciones. Elaboró teorías falaces y adornadas con las cuales engaño al común de la gente. Para convencerles, escribió epístolas. Finalmente, todos sus adeptos fueron convencidos de que la mayoría de la gente del tawhîd eran incrédulos (kuffâr). […]
 
Muchos maestros que habían instruido Ibn 'Abd Il Wahhâb y que residían en Medina decían de él: «Se perderá o, por él, Allâh perderá a los que le sostendrán y le tomarán como compañero», y así fue. Elaborando esta doctrina, pretendía revivificar los valores del dogma del tawhîd y preservarlo de la asociación porque [según él], desde 600 años la gente había vuelto al asociacionismo pues había que depurar las convicciones religiosas. Para hacerlo, aplicó a la gente del tawhîd versículos revelados para los asociadores.»
 
«La subversión wahhâbi fue una plaga entre las que marcaron considerablemente la Comunidad Musulmana. Mataron ciegamente y espoliaron los bienes de la gente. Su insurrección se difundió y su herejía se propagó; y no existe fuerza y preservación sino por Allâh! Sin embargo, en varios ahâdîth, el Profeta (Paz y Bendición con él) habla de esta subversión, como por ejemplo el hadîth relatado por  Al Bukhârî en el cual el Profeta (Paz y Bendición con él) dijo, en el sentido: «Del Este aparecerá gente, leerán el Coran, pero este no irá más allá de sus gargantas. Dejarán al Islam a la velocidad con la cual una flecha traspasa una presa. No volverán [al Islâm] mientras la flecha no habrá regresado a su muesca». Fue preguntado: « ¿Cómo les reconoceremos? » a lo que respondió: «Su signo distintivo será que se rasurarán el cráneo.» […]
 
Es importante anotar que el Profeta (Paz y Bendición con él) dijo que se rasurarán el cráneo, porque de hecho les era ordenado a todos los devotos wahhâbi rasurarse la cabeza, y esta particularidad no se encuentra en ninguna de las facciones khârijite [...], el Muftî de Zabîd, As Sayyid 'Abd Ur Rahmân Al Hadlî dijo: «Sería inútil escribir libros para refutar las tesis wahhâbi, pues la precisión del Profeta: «Su signo distintivo será que se rasurarán el cráneo.» basta para designarles, porque ninguna otra secta no lo hizo. »
 
A pesar de los numerosos ahâdîth auténticos, también les era prohibido solicitar la intercesión del Profeta, de leer el libro Dalâ°il Ul Khayrât, que contiene muchas oraciones sobre el Profeta así que elogias y [puestas en claro de la] perfección de sus cualidades. Decían que todo esto era incredulidad.»
 
Fin de citación.
 
Referencia: Fitnat Ul Wahhâbiyyah del Imâm Ahmad Ibn Zaynî Dahlân Ash Shâfi'î Al Makkî (que Allâh le haga misericordia).

No hay comentarios: