Volver a: Lícito e Ilícito en el Islâm
Pregunta:
¿Es que la mujer puede depilarse las cejas?
Respuesta:
El Profeta (Paz y Bendición con él) dijo lo que
significa: “Allâh maldijo las tatuadores (al-wâshimât) y las que se hacen
tatuar (al-mustawshimât), las arrancadoras de los pelos de la cara (las
cejas) (an-nâmisât wa al-mutanammisât) y las que se lo hacen, y las que se
espacian los dientes para embellecerse (al-mutafallijât lil-husn), las que
cambian (así) la creación de Allâh.” (relatado por Muslim).
Estas prohibiciones conciernen también los
hombres según los sabios (ver Ibn Hajar en su Fath al-barî).
Sin embargo, si los pelos de las cejas de la
mujer se volvieron muy largos y que desea cortarles ligeramente para darles una
aparencia más natural, sin adelgazarles, según algunos sabios, es permitido. Es
la opinión preferida por algunos sabios de la escuela hambali y es también la
de Hasan al-Basrî (según el informe hecho en ‘Al-Majmu’ ’).
En cuanto a las opiniones de las escuelas
jurídicas sobre el afeitado de los pelos del cuerpo tales como los pelos de las
manos y de los pies, los Maliki declararon que la mujer debe quitarse todo lo
que compromete su belleza (si el esposo no desea que guarde estos pelos) y
mantener todo lo que la aumenta… Respecto a la barba, debe cortarla si es que
tiene una. Sin embargo le es prohibido quitarse los cabellos de la cabeza (los
cabellos son una belleza para ella). (ver al respecto: Cortar o Afeitar el Cabello para la Mujer)
Es permitido también en nuestra escuela cortar
los pelos del cuerpo para el hombre como los de la mano, del pecho, del ano:
pero no la barba, ni arrancar (depilar) las cejas. (Ver Al-Fiqh ‘alâ al-madhâhib
al-arba’a de Al-Juzayrî Tomo II página 43).
Otros sabios autorizaron, para la mujer casada
solamente, depilarse las cejas si su esposo está de acuerdo. Si no es el caso, no podrá hacerlo.
Algunos sabios de la escuela Hambali dijeron: “Es
permitido para la mujer depilar su cara y maquillarse con el consentimiento de
su esposo, porque hace parte del adorno de la mujer” (relatado por Abu Dawud).
Pero an-Nawawi fue más severo y prohibió la depilación de la cara que relaciona
con la depilación de las cejas, que es prohibida. Abu Dawud dice en su
compilación de Hadîthes: “La largura de las cejas para adelgazarlas y la
depilación de la cara no son relacionadas con ella”.
At-Tabari relató que la mujer de Abu Ishaq entró
una vez en la casa de Aisha, y era una mujer linda que amaba la belleza. Le
preguntó: “Es que la mujer puede depilarse la frente para gustarle a su esposo?
Respondió: “Deshazte tanto como puedes de todo lo que pueda perjudicarte”.
Finalmente la sabiduría, más allá de esas
divergencias, es de guardar para la mujer su naturaleza y su belleza y
destacarla para su esposo, sin cambiar la creación de Allâh ni engañar (tadlîs)
ni imitar a las perversas; y para el hombre guardar su identidad y no tomar
actitudes ni adornos femeninos…
Para el musulmán se trata de guardar su identidad
y no compararse con la gente del pecado ni con los incrédulos y no
desnaturalizar su físico.
El cuerpo humano tiene gran sacralidad, es un don
de Allâh y una Amâna que debemos proteger. La cara es más sagrada aún en el
Islâm.
La mutilación (muthlâ) es prohibida en el Islâm:
Por ejemplo, los sabios (sobre todo los hanafi y
los hambali) dicen que es permitido para la mujer ponerse un piercing
únicamente en las partes del cuerpo donde el llevo de joya es habitual desde la
época de la Revelación, es decir las orejas. Ponerse piercing en otros lugares
del cuerpo (como las cejas, el labio, la lengua, el ombligo…) no es permitido
según varios sabios, siendo que esto constituye un atentado a la integridad
física (que se aparenta así a una automutilación – muthlah) lo cual, en sí, es condenado en el Islâm…
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