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Por esta razón decimos a estos hermanos que pueden dormir tranquilamente y tener confianza, porque esta comunidad no adorará jamás a nadie fuera de Allâh el Único después de la misión de nuestro maestro el Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi wa sallam– y esto conforme con lo que anuncio el Mensajero de Allâh –sallAllâh alayhi wa sallam. Pues temed para esta comunidad que se rebaje peleándose para cosas de este mundo, lo que le llevará a su perdición como los que os precedieron.
Y en otra versión según Muslim, lo que significa: «Quien declara a su hermano incrédulo, entonces uno de ellos dos habrá merecido el anatema: al acusado si tal es su estado, y si no lo es, al que lo pronunció».
Pues de ningún modo es permitido para un musulmán decir de su hermano que es incrédulo mientras este cumple con la oración, orientado hacia La Meca (qiblatunâ), y come nuestra carne. Esto según las palabras del Enviado –sallAllâhu alayhi wa sallam– en el hadîth relatado por el Imâm Al-bukhâriyy en su compilación de tradiciones auténticas según nuestro maestro Anas Ibn Mâlik –radiAllâhu anhu: el Mensajero Allâh dijo –sallAllâhu alayhi wa sallam: «Quien cumple nuestra oración, orientado hacia La Meca, y come nuestra carne, entonces es musulmán, bajo la protección de Allâh y de su Mensajero, pues no traicionad a Allâh en su protección».
Shaykh Ahmad Sharîf Al-na`sân nació en 1954 en la comarca de Al-bâb (al
lado de Alepo en Siria) donde recibió una educación piadosa, bajo el ojo atento
de sus padres.
Memorizó el Corán muy joven y estudio en su
ciudad natal hasta el liceo, luego de que pudo ingresar la facultad de shari’ah
de Damasco dando clases de educación islámica en el liceo (en Al-bâb y Alepo) y
haciendo el khotba del viernes.
Entre enseñamiento (al-fiqh, al-tafsîr, al-`aqîdah…),
consultación jurídica (al-iftâ’)
y khotbas de Jumu’a (Mezquita Abû Bakr Al-siddîq
de Al-bâb y Gran Mezquita de Alepo Sayyidunâ
Zakariyâ), Chaykh Al-na`sân se consagró también asiduamente
a su
camino espiritual (al-sulûk),
gozando de la educación primero del Shaykh `Abd Al-qâdir `îsâ – que Allâh le
tenga misericordia – y ahora del Sheykh Ahmad
Fath AllâhJâmiyy – que Allâh le preserve.
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Pregunta:
Parece que hay por ahí un grupo de personas a
quienes no les gustan que reverenciemos (al-ta`dhîm)
al Mensajero de Allâh – sallAllâhu alayhi wa sallam – por miedo de que
caigamos en el politeísmo y la idolatría a semejanza de las comunidades que nos
precedieron. Temen así que si reproducíamos lo que perpetraron los cristianos,
cuando afirmaron que Jesús (`îsâ) –alayhi ssalâm– era el hijo de Allâh,
los judíos, cuando afirmaron la misma cosa respecto a Esdras (`Uzayr) –alayhi
ssalam- y los politeístas (al-muchrikûn),
respecto a los ángeles. Este miedo les llevó a prevenir todas las maneras
posibles contra las marcas de reverencia manifestadas hacia nuestro maestro el
Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi wa sallam.
Respuesta:
Oh hermanos musulmanes, me dirijo hacia estos
hermanos pidiéndoles tranquilizarse al respecto, y lo juro por Allâh, esta
comunidad no cometerá politeísmo jamás asociando lo que sea con Allâh –con la
ayuda de Allâh el Excelso– y estas palabras no son mías, sino las del Mensajero
de Allâh –sallAllâhu alayhi wa sallam– que, como lo relataron
Al-bukhâriyy y Muslim en sus compilaciones de hadîthes auténticos según `Uqbat
Ibn `Âmir – que Allâh esté complacido con él, en el sentido:
Un día, el Profeta –sallAllâhu alayhi wa
sallam- salió para cumplir la oración mortuoria para las víctimas de la
batalla de Uhud. Después de haberla rezado se fue hacia el mimbar y dijo:
«Es cierto que os voy a preceder (en el otro mundo) en el cual seré un testigo
para vosotros. Juro por Allâh que en el momento en que os hablo ya veo mi estanque
(al-hawdh).
He recibido las llaves de los tesoros de este mundo, o las llaves de este
mundo, y juro por Allâh que no temo para vosotros que caigáis en el politeísmo
después de que os haya dejado, sino que temo para vosotros que compitáis para
este mundo.»
Y en otra versión según Muslim:
El Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi
wa sallam- cumplió la oración mortuoria para las víctimas de Uhud y
luego se subió en el mimbar como si iba a despedirse a los vivos y a los muertos
y dijo: «Es cierto que os adelanto para acceder al estanque (al-hawdh) cuyo
largor es el de la distancia entre Aylah y Al-juhfah. No temo para
vosotros el politeísmo después de mi partida sino que temo para vosotros este
mundo, que compitáis para él, que os matéis los unos a los otros y que perezcáis
como perecieron los que os precedieron.»
`Uqbah dijo que esta fue la última vez que
vio al Profeta -sallAllâh alayhi wa sallam- hablando desde el mimbar.
Esto significa que este hadîth es uno
de los últimos pronunciado por el Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi wa
sallam. Y el Profeta –sallAllâhu alayhi wa sallam- jura por Allâh que
no teme para nosotros el politeísmo después de su partida, y vosotros decís que
teméis que caiga la comunidad en la idolatría? Pero en quién tenemos fe? Y
perdón a nuestro maestro el Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi wa sallam-
que tal comparación pueda ser hecha.
En quién confiamos oh hermanos?
Sin la menor duda ni hesitación al mensajero
de Allâh –sallAllâhu alayhi wa sallam- que “No habla movido por el deseo,
no es sino una revelación inspirada”. [Surah 53, Al-najm, ayah 3
y 4.]
Por esta razón decimos a estos hermanos que pueden dormir tranquilamente y tener confianza, porque esta comunidad no adorará jamás a nadie fuera de Allâh el Único después de la misión de nuestro maestro el Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi wa sallam– y esto conforme con lo que anuncio el Mensajero de Allâh –sallAllâh alayhi wa sallam. Pues temed para esta comunidad que se rebaje peleándose para cosas de este mundo, lo que le llevará a su perdición como los que os precedieron.
Constatad por vosotros mismos! Las operaciones
financieras, los contratos de compra y de venta, los arrendamientos, los
empeños, los seguros y los depósitos que no dejan de difundirse en la sociedad!
Y cuántas son las operaciones financieras mezcladas con contratos usureros!
Oh queridos hermanos transmitid a estos
hermanos las palabras del elegido (al-mustafâ) –sallAllâhu alayhi wa sallam-
en el sentido: «Es cierto
que no temo para vosotros la idolatría después
de mi». Decidles que no podrán ser más atentos hacia
la comunidad que nuestro maestro el Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi wa
sallam– y que son más nosotros quienes tememos para ellos que cometan uno
de los grandes pecados…
Es mencionado en la compilación de hadîthes
auténticos de Muslim (Sahîh Muslim) en el capítulo intitulado Bâb
bayân hâl îmân man qâla li akhîh al-muslim yâ
kâfir (El capítulo de
la clarificación sobre el estado de la fe del que declara a su hermano
incrédulo), según Ibn
`Umar –radiAllâhu anhuma- el Profeta –sallAllâhu alayhi wa sallam–
dijo: «Si un hombre declara a su hermano incrédulo, entonces uno de ellos dos
habrá merecido el anatema».
Y en otra versión según Muslim, lo que significa: «Quien declara a su hermano incrédulo, entonces uno de ellos dos habrá merecido el anatema: al acusado si tal es su estado, y si no lo es, al que lo pronunció».
Y en una tercera versión también según Muslim,
lo que significa: «El que
declara a ajeno incrédulo o enemigo de Allâh, a pesar de que no sea el caso, es
para él que son estas designaciones».
Pues de ningún modo es permitido para un musulmán decir de su hermano que es incrédulo mientras este cumple con la oración, orientado hacia La Meca (qiblatunâ), y come nuestra carne. Esto según las palabras del Enviado –sallAllâhu alayhi wa sallam– en el hadîth relatado por el Imâm Al-bukhâriyy en su compilación de tradiciones auténticas según nuestro maestro Anas Ibn Mâlik –radiAllâhu anhu: el Mensajero Allâh dijo –sallAllâhu alayhi wa sallam: «Quien cumple nuestra oración, orientado hacia La Meca, y come nuestra carne, entonces es musulmán, bajo la protección de Allâh y de su Mensajero, pues no traicionad a Allâh en su protección».
Y en otra versión según Al-nasâ’iyy: «Quien cumple con la
oración, orientado hacia La Meca, y come nuestra carne, entonces es musulmán».
El anatema del musulmán es un acto
extremamente grave del cual debemos alejarnos y abstenernos. Consideremos a los
sabios que obran conforme con su saber y la manera con la cual temían esta
pregunta peligrosa. Cuando hablaban de las causas que llevaban a la
incredulidad (al-mukaffirât)
decían: «El que hace tal cosa será entonces considerado incrédulo» según una
sintaxis construida al pasivo (al-mabniyy
bi al-majhûl) temiendo que pueda serles devuelto el calificativo. Y
ciertamente, no es considerado como una causa que lleva a la incredulidad
cualquier acto o propósito.
Oh hermanos, transmitid a estos hermanos la
palabra de Allâh el Excelso: {Y no digáis con una mentira que salga de vuestras bocas:
Esto es lícito y esto es ilícito para inventar mentiras contra Allah. Cierto
que los que inventan mentiras contra Allah, no prosperarán.} [Surah 16, Al-nahl,
ayah 116] Si nos fue prohibido decir «esto es lícito y esto es ilícito»
sin conocimiento (bi dûni `ilm)
entonces ¿cómo alguien podría lanzar el anatema o acusar de idolatría a un
hombre musulmán, creyente, debido a una palabra o a un acto que considera como
prueba suficiente?
Por Allâh, este es el gran pecado.
En conclusión, no temed para esta comunidad
que reveré a su Mensajero –sallAllâhu alayhi wa sallam– que caiga en la
idolatría, la incredulidad o las innovaciones religiosas (al-bida` sing. al-bid`ah) porque
la belleza del Mensajero de Allâh –sallAllâhu alayhi wa sallam– es
rodeada por la magnificencia del Excelso, así como sus milagros lo son por la
protección y la tutela divinas, y Allâh le preserva de volverse el objeto de
cualquier adoración fuera de Él. [2]
Sacado del
sitio internet del Chaykh Ahmad Al-na`sân, muftî de la región de
Al-bâb – Alepo – Siria.
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[1] Esta comunidad es además conocida bajo el nombre de ummat
al-tawhîd (Comunidad de la unicidad divina) y su Profeta –sallAllâhu
alayhi wa sallam– bajo el nombre de Imâm al-muwahhidîn (Imâm de los
unitarios), y es preservado por Allâh de ser adorado fuera de Allâh.
[2] Aquí el sheykh se refiere probablemente al hadîth
auténtico relatado por Abû Dâwud, Al-bayhaqiyy, Al-tabariyy y otros, en
el cual el Profeta –sallAllâhu alayhi wa sallam– dirigiéndose hacia Allâh
dijo lo que significa: «Oh Allâh
no haz de mi tumba un ídolo que sea adorada fuera de Allâh». Y sabemos que los du`â’ de los
profetas son aceptados (mustajâb).
También en otro hadîth, el Profeta `îsâ (Jesús) –alayhi ssalâm– rehúsa
interceder a favor de quien se lo pide y dice para justificarse: «Fui
adorado fuera de Allâh, id a Muhammad», significando
así que Sayiduna Muhammad –sallAllâhu alayhi wa sallam- no lo fue…
Fuente: baytulfaqir.wordpress.com
Leer también: Explicación del Hadîth: «Que Allâh maldiga a los judíos y a los cristianos, adoptaron las tumbas de sus Profetas como mezquitas! » (Ibn Sumayt)
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